2 Samuel 21:15-17 Cuando David y sus hombres estaban en lo más reñido de la pelea, a David se le acabaron las fuerzas y quedó exhausto. Isbi-benob era un descendiente de los gigantes; la punta de bronce de su lanza pesaba más de tres kilos, y estaba armado con una espada nueva. Había acorralado a David y estaba a punto de matarlo. Pero Abisai, hijo de Sarvia, llegó al rescate de David.

David ya había derrotado a Goliat. Pero tuvo que enfrentar otro gigante que quiso terminar con su vida.
De la misma manera, tienes que presentar batalla contra distintos “gigantes” que vuelven a desafíarte. Y cuando se te acaben las fuerzas, levanta tus manos al Cielo para que Dios te rescate, y también cuenta con mi oración y ayuda para acompañarte hasta la victoria.

Ora así: Padre Dios, renueva mis fuerzas, ayúdame a librar cada batalla. Dame la salida para vencer este gigante. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!