Confía en los enviados extras de Dios

Tanto David como vos y yo nos cansamos: por la misma lucha de la vida, por una enfermedad o por una circunstancia particular. Y parece que lo que se viene de frente es más grande y poderoso, pero es en esos momentos, cuando Dios muestra Su poder para ayudarnos, con ese abrazo salvador, con ese depósito extra o con algún enviado que nos extiende la mano y nos ayuda a salir sobrenaturalmente. Confía en Él, ¡nunca te dejará!
 
 
2 Samuel 21:15-17 Cuando David y sus hombres estaban en lo más reñido de la pelea, a David se le acabaron las fuerzas y quedó exhausto. Isbi-benob era un descendiente de los gigantes; la punta de bronce de su lanza pesaba más de tres kilos, y estaba armado con una espada nueva. Había acorralado a David y estaba a punto de matarlo. Pero Abisai, hijo de Sarvia, llegó al rescate de David.‭‭
 
David ya había derrotado a Goliat. Pero tuvo que enfrentar otro gigante que quiso terminar con su vida.
 
De la misma manera, tienes que presentar batalla contra distintos “gigantes” que vuelven a desafíarte. Y cuando se te acaben las fuerzas, levanta tus manos al Cielo para que Dios te rescate, y también cuenta con mi oración y ayuda para acompañarte hasta la victoria. 
 
Ora así: Padre Dios, renueva mis fuerzas, ayúdame a librar cada batalla. Dame la salida para vencer este gigante. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
 
¡Bendecido Domingo!

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