Efesios 5:21-22, 25 RVC "Cultiven entre ustedes la mutua sumisión, en el temor de Dios. Ustedes, las casadas, honren a sus propios esposos, como honran al Señor; Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella".
Qué importante para una nación es tener familias sólidas, ordenadas, prósperas, espirituales.
En una sociedad individualista, donde cada uno busca su propio placer y no el del otro, recordar que nos necesitamos unos a otros.
Al hombre siempre le ha costado expresar sus sentimientos y por eso este énfasis de amar a la esposa, tanto como Jesús te ama. Por otra parte, ante la falta de amor, la mujer reacciona deshonrando a su marido. El desencuentro crece al punto que la mayoría de los matrimonios se rompen.
¿Cómo restaurar una familia? Poniendo a Dios en primer lugar, perdonando a tu cónyuge, haciendo la parte que te corresponde.
Ora así: Padre Dios, gracias por la familia. Perdón por no haberme esforzado en hacer mi parte. Perdono por cada herida que he recibido. ¡Sana mi hogar! Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!
