San Juan 19:15-18 "¡Llévatelo! ¡Llévatelo!¡Crucifícalo!, gritaban. ¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey?, preguntó Pilato. No tenemos otro rey más que el César, les contestaron a gritos los principales sacerdotes. Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así que se llevaron a Jesús. Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota). Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio."

En aquella horrible cruz, Jesús entregó su vida para hacerse cargo de tus pecados y que seas libre del castigo eterno.

Transfiere tu pecado y todas las maldiciones que te alcanzaron por haberlos cometido a esa cruz, y absorbe la vida que dejó para ti.
Ora así: Padre Dios, gracias por enviar a tu Hijo para cancelar mis deudas espirituales. Creo que la sangre de Jesús me limpia de todo pecado. Recibo la vida que Jesús entregó por mí. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes!