San Mateo 25:42-45 “Tuve hambre, y no me diste de comer; tuve sed, y no me diste de beber; fui forastero, y no me recogiste; estuve desnudo, y no me vestiste; enfermo y en la cárcel, y no me visitaste. “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: “Les digo que en cuanto no lo hiciste a uno de estos más pequeños, tampoco a Mi lo hiciste.”

Si te cruzaras con Jesús y te pidiera ayuda, no dudarías en dársela; sin embargo, Él te recuerda que hay que hacerlo con quien verdaderamente la necesita.

Hazlo, y estarás bendiciendo a Jesús mismo.

Ora así: Padre Dios, decido poner en práctica tu Consejo y extender mis manos para ayudar, mis brazos para cobijar, mis palabras para animar, creyendo que al hacerlo serás Tú quien recibirá mi adoración. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Sábado!