Cierta vez, consulté a Dios ante las palabras agresivas de alguien hacia mi, y su respuesta fue "No cambies tu esencia por nadie".
Pasaron los años y muchas veces me encontré ante agresiones de amigos, familiares, hermanos de la iglesia y a veces recordé la enseñanza del Maestro, Su Voz tan clara diciéndome"No cambies tu esencia por nadie". Confieso que a veces lo olvidé.
No responder a una agresión, defendiéndose o con otra agresión, habla de comprender que no merecíamos el amor de Dios y aún así nos lo dio.
No cambiar nuestra esencia por nadie, por más daño que nos hagan, es una decisión diaria y como dije, cuesta y a veces la olvidamos. Porque en nuestra naturaleza está el defendernos, en devolver la agresión.
Pero Dios nos dice en Su Palabra: "No paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de los hombres, estad en paz con los hombres, no os venguéis vosotros mismos. Mia es la venganza dice el Señor. Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer y si tuvieres sed, dale de beber. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal".
Para que tú puedas vivir y ser feliz debes amar a Dios y al prójimo. Toma la decisión de perdonar, ama quien te agredió y sigue permitiendo Su obra en ti.
No cambies tu esencia por nadie, no rompas lo que Dios ha hecho en ti, por otros, perdona y ama: en Jesús tienes el ejemplo.
De la redacción de Encendidos por el Espíritu