Hay una secuencia, un orden, un camino para vivir como hijo de Dios: escuchar su voz, manifestar su carácter, realizar el ministerio.
La mayor parte de la gente, considera que dedica muy poco tiempo a Dios. Sin embargo, tienen tiempo para lo que consideran necesario e importante en sus vidas. Jesús, modeló su compromiso, en su tiempo a solas con su Padre.
Uno de los principios, sobre todo compromiso en el caminar con Dios, es oír su voz, aunque no se limita al tiempo de quietud, es un buen inicio para transformar la manera de hacer las cosas, antes, estabas contento con tu forma de pensar, hoy tomas en cuenta a tu Padre Celestial. Con pasar de los días, te darás cuenta que, hablas permanentemente con el Padre, a lo largo del día, en medio de las circunstancias, en gratitud, gozo, alabanza continua.

Definir un tiempo de quietud, es un período de tiempo, que separas para estar a solas con Dios, usualmente en la mañana si sales a trabajar a una oficina o una fábrica; sin embargo, te animamos a seleccionar tu mejor horario, donde te aseguras de no tener interrupciones de ningún tipo.
Algunas madres, prefieren su tiempo de quietud cuando sus hijos están en la escuela y su esposo en el trabajo. Quienes trabajan en la casa, asignan su horario más apropiado talvez después del almuerzo. Si tu mejor tiempo es en la noche, al terminar todas tus actividades del día, ¡no dudes en tomarlo, para disfrutar a solas con tu Padre Celestial!

En esa intimidad, lees las Escrituras, oras, meditas, memorizas y registras en tu diario, todo lo relevante de tu tiempo a solas con Dios. Esta disciplina espiritual, se puede incorporar en tu rutina diaria como tiempo devocional.
Hoy, toma la decisión sobre el horario que vas a dedicar, para tu tiempo de quietud con Dios.
Bendecido Junio!!!