Tenemos la victoria asegurada

Romanos 8 es un capítulo lleno de esperanza y promesas, culminando con la seguridad de nuestra victoria en Cristo. Pablo no dice que la vida será fácil, sino que en “todas estas cosas” (tribulaciones, angustias, peligros) ya somos más que vencedores. ¿Qué significa tener una victoria asegurada? ¿Cómo podemos vivir con esa certeza hoy?

 Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

La victoria no es solo ganar, sino hacerlo con abundancia y propósito. 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” Ser más que vencedor implica que nuestra victoria no se limita a nosotros; tiene un impacto eterno. Esta identidad no se basa en nuestras capacidades, sino en nuestra conexión con Cristo. Enfócate en la fuente de nuestra victoria: el amor de Dios, demostrado en la cruz. ¿Estoy viviendo como alguien que ya tiene la victoria o como alguien que la está buscando?
 
La garantía de la victoria es el Amor de Dios. El amor incondicional de Dios es la base de nuestra seguridad. Romanos 8:38-39 “Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, […] ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios.” Pablo asegura que ninguna situación, ni física ni espiritual, puede anular el amor de Dios. El amor de Dios no solo nos salva, sino que nos sustenta en medio de cualquier adversidad. Este amor es constante, inmovible y eterno. Imagina un padre sosteniendo a su hijo en medio de una tormenta. El niño no tiene que preocuparse por la tormenta, porque confía en los brazos de su padre. Así es el amor de Dios.
 
La victoria asegurada nos lleva a vivir con confianza, propósito y gratitud. 2 Corintios 2:14 “Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús.” Como creyentes, estamos llamados a caminar en fe, declarando la victoria en cada área de nuestra vida. La victoria asegurada nos da libertad para vivir sin temor, sabiendo que Dios está con nosotros. Cuando vivimos en victoria, impactamos a quienes nos rodean, mostrando que el poder de Dios es real. Haz una lista de las áreas donde necesitas declarar la victoria. Ora con fe, creyendo que Dios ya ha obrado.
 
Romanos 8:37 nos asegura que no importa lo que enfrentemos, somos más que vencedores en Cristo. Esta victoria no depende de nuestras fuerzas, sino del amor incondicional de Dios. Vivamos con la certeza de que nuestra victoria está asegurada, confiando en el poder y la fidelidad de aquel que nos amó.
 
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Sáenz Peña - Chaco

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