Finalmente, aquello que expresamos viene de aquello que somos, es decir, viene de nuestro corazón. Ahora bien, siempre aplicamos este concepto al ser humano y sus relaciones sociales, pero ¿si lo aplicamos a Dios? Podría ser algo como: “De la abundancia del corazón de Dios habla su Palabra”. Dios es bueno, y la Escritura está llena de su aliento de vida y en ella encontramos el fundamento más estable para edificar nuestro corazón.
El deseo de Dios es que podamos tener corazones sanos, y que desde esa sanidad podamos construir relaciones que edifiquen y sanen a otros. Pero, ¿qué dice Dios de nosotros? Hay 3 expresiones que salen del corazón de Dios para nuestras vidas:

La primera es: “Eres completamente amado”. Dios te ama con amor incondicional y ha provisto todo lo necesario para que seas alcanzado por su gracia. Su voz tiernamente te llama su amado hijo y su intención es que puedas ser eternamente definido por su amor.
La segunda expresión que Dios respira sobre ti es: “Posees un propósito especial”. Muchos luchan con este concepto, pero no hay nada mejor que vivir en el plan de Dios, para ello, Él puso en ti dones, talentos, habilidades y capacidades para que puedas desarrollar el potencial que Él depositó en ti.
La tercera expresión es: “Tienes un lugar al cual pertenecer”. No estás solo. Él ha provisto una familia que va a caminar contigo, cuando nos referimos a esto, estamos hablando de la Iglesia. Sabemos que, la Iglesia no es perfecta pero es el recurso que Dios usa para poner a los solitarios en familia. Por lo tanto, eres completamente amado, posees un propósito especial y tienes un lugar al cual pertenecer. Que la voz de Dios defina tu vida para siempre.

?♂️ Oremos.
Jesús, gracias por mostrarnos tanta bondad y tanta gracia. Nuestros corazones están seguros en tus manos, tu presencia es el lugar en donde queremos estar, tu voz nos define y hoy nos acercamos confiadamente a ti. Somos hijos amados, gracias Padre. En Cristo Jesús, amén.
¡Bendecido Sábado!