La comunicación familiar es un puente entre padres e hijos, entre esposos y esposas que conecta sus sentimientos de forma mutua. Para que una relación familiar sea sólida y fuerte, es indispensable aprender a comunicarnos, y aprender a comunicarnos de manera correcta.
Las palabras que salen de nuestra boca tienen la capacidad de generar un ambiente sano o un ambiente destructivo para nuestra familia. «La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor». Proverbios 15.1
Siempre encontramos argumentos para excusarnos por nuestras malas formas de comunicarnos: cuando decimos algo incorrecto podemos usar frases cómo: «Soy así», o «No importa cómo lo diga, lo que vale es que tengo razón». Y no nos damos cuenta que cuando hablamos mal hacemos daño a los demás.
¿Sabía que la violencia no solo hace referencia a cuando existen golpes, maltrato; también hay violencia cuando dañamos con nuestras palabras?.
La violencia verbal es una conducta aprendida (la forma mala de hablar es un acto de violencia). Lo malo es que ya hemos aprendido a comunicarnos así, a los gritos, levantando la voz, usando palabras hirientes; sin darnos cuenta que nuestras palabras tienen un impacto en la vida de la otra persona.
“Si un enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillara, de él me podría yo esconder. Pero lo has hecho tú, un hombre como yo, mi compañero, mi mejor amigo, a quien me unía una bella amistad, con quien convivía en la casa de Dios” (Salmo 55:12-14). La herida emocional aumenta cuando el maltrato es causado por alguien del ámbito familiar, íntimo, de quien se esperan cuidado, seguridad y protección.
Por eso debemos trabajar en una buena y correcta comunicación en la Familia. Que tus palabras edifiquen y construyan un ambiente saludable para toda tu casa.
PALABRAS DE VICTORIA
EQUIPO PASTORAL CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Sáenz Peña - Chaco