A veces pensamos que nosotros somos los que queremos caminar con Dios, sin embargo, ¡Dios es el que quiere caminar con nosotros!

El amor de Dios no se compara con el amor de ningún hombre o mujer en el mundo, porque es un amor sin intenciones egoístas. El amor de Dios se ofrece, lo único que Él pide es fidelidad.
Cuándo comienzas a enamorarte de Dios, la gente verá que estás caminando con Alguien qué te da seguridad protección, proyección, que esa persona te anhela, que quiere estar contigo; esa es la relación a la que el Espíritu de Dios te quiere llevar.

¿Cómo crecer en la intimidad con el Espíritu Santo?
Cuando lo deseas y Él es lo más importante en tu vida, querrás oírlo, pasar tiempo con Él y hacer las cosas juntos.
Lo maravilloso es que Él todavía te persigue, te anhela, te busca y, todavía te espera.

Pastor Robert Acosta
Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina