×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 43

¡Libérate de los sobrenombres que te impusieron!

Como viví 18 años en una pequeña localidad, conozco muy bien el daño que causan las etiquetas que coloca la gente mala. Esos sobrenombres burlones y descalificantes son mucho más que una broma. Son marcas, estigmas que terminan definiendo patrones de conducta y convirtiendo a esas personas en tímidas, temerosas, inseguras y acomplejadas.

 

Y nuestras congregaciones están llenas de gente con etiquetas negativas que cargan como una maldición: “La gorda”, “El rengo”, “El judío”, “El mudo” (por tímido), “El chanta”, “El manchado” (por el vitíligo), “el loco”, etc. Nadie debe resignarse a vivir cargando esa burla y ese menosprecio.
 
 
Al convertirse a Cristo, fue depositado dentro de ellos el poder que les otorga el Espíritu Santo que mora en su interior. Tienen el mismo espíritu que levantó a Lázaro de los muertos… pero no se dan cuenta de eso y se lo pasan pidiéndole a Dios que les quite esos sobrenombres, porque no saben o no creen que puedan hacerlo por ellos mismos.
 
 
Dios nunca hará por nosotros lo que podemos hacer con el poder que nos otorgó. ¡Tome autoridad sobre esa maldita etiqueta y arránquela en el poder de Jesucristo!
 
 
Usted es una persona honorable. No permita que las tinieblas rebajen su alta condición de hijo de Dios y avance con toda confianza emocional sobre los proyectos y propósitos que Dios quiere hacer en sociedad con usted.
 
 
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara El Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza". (Jeremías 29:11).
 
Por Marcelo Laffitte

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.