Jacob se encuentra por cuarta vez luchando. Vamos a recordar brevemente su historia: su primera lucha fue en el momento de su nacimiento, Jacob tomó a su hermano Esaú del talón para que éste no naciera primero.
Luego, muchos años después, hizo que su hermano le venda la primogenitura por un guiso de lentejas.
Tiempo después engañó a su Padre. Era costumbre que antes de morir los padres bendijeran a sus hijos, el primogénito siempre tenía una bendición mayor. Isaac su padre ya era un hombre muy anciano y no veía bien, entonces Jacob se disfrazó de Esaú, de esta manera Isaac terminó dándole la bendición mayor. Cuando Esaú se enteró se enojó mucho, y Jacob tuvo que huir.
Y llegamos al momento de la historia en dónde Jacob se encontró por cuarta vez luchando, pero está vez es con Dios. Persistía tanto en vencer, que Dios le tocó el tendón de su talón (que permite la estabilidad), entonces Jacob cayó al suelo, se prendió del manto de Dios, y le dijo "no te soltaré hasta que me bendigas".
Llama la atención cuántas veces Jacob intentó ser bendecido a su manera, y en sus propias fuerzas.
Si bien en la cuarta lucha estaba tomado del manto, la realidad es que se encontraba débil. No tenía probabilidades de obtener lo que quería "en sus fuerzas". Y es en ese momento de debilidad donde Dios decide bendecirlo. Su poder se manifiesta en la debilidad de Jacob, y lo bendice.
Sería bueno que puedas realizarte la siguiente pregunta ¿En qué área de mi vida no hago a Dios parte? si ya tenés una situación o problema en mente, podes preguntarte, ¿lo estoy intentando solo en mis propias fuerzas?
ORACIÓN: Señor, te pido perdón por haberlo intentado únicamente en mis propias fuerzas, necesito que seas parte de mi vida, y que tu poder se manifieste en mis debilidades, en el nombre de Jesús, amén.
CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA - Sáenz Peña – Chaco
