Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo, dándoles una misión compuesta por dos partes. Primero, multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos. Vemos que sin la unidad sexual del hombre y la mujer no habría continuidad.
La segunda parte de la misión consistía en someter la tierra, cuidarla, cultivarla, y dominar a los animales.
Los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios y tenemos un propósito asignado por él.
Somos llamados a contribuir en el lugar donde estamos. No solo eso, a diferencia de los animales, los humanos poseemos cuerpo, alma y espíritu lo cual nos da la capacidad de tener una relación de amistad con Dios, fuente de amor y sabiduría.